The Adicts en Caracas: Carnaval punk al estilo Inglés
Fue un concierto algo improvisado en cuánto organización, pues, aunque en la misma página web oficial del grupo se anunciaba su presentación en Caracas el 25 de este mes, la locación se cambió a última hora y agarró a más de uno desprevenido. Aparte de ello, la publicidad fue demasiado discreta, por no decir escasa. Pese a ello, todo salió bien: lleno total y buen sonido. Ni siquiera unos cuantos incidentes entre público y personal de seguridad pudieron opacar la noche.
Tras horas de espera (incluyendo a quienes hacían cola desde las 7pm para comprar su boleto a las 9), la banda inglesa se montó en tarima cerca de la medianoche. El tema central de la película La Naranja Mecánica (original de Walter Carlos), el cual fue colocado como música de fondo, sirvió de prefacio para lo que vino después: La espectacular puesta en escena de los británicos, quienes aparecieron casi todos en su habitual atuendo de “Droogo”, con excepción de Monkey, el vocalista, quien sin embargo se presentó con su maquillaje estilo Guasón. Fue un carnaval punk al estilo inglés.
El arranque del concierto, con su versión punk-rock del Himno de la Alegría, con el violín de Dan Gratziani incluido, sirvió para que la audiencia, desde el principio, respondiera con brincos y empujones. Debo decir que la inclusión del violín a la instrumentación habitual aportan un sabor céltico a la banda, aunque ignoro si la inclusión del instrumento responde a tal finalidad. Mientras sonaba la música, Monkey se encargaba de animar a la audiencia lanzándole papelillos y serpentinas. La presentación alcanzó su punto más alto cuando la banda interpretó su hit “Viva la revolution”, canción esta que sigue siendo recordada dentro de la audiencia punk casi 30 años después.
En cuanto al repertorio la agrupación interpretó temas de toda su carrera, incluyendo los más recientes. El sonido estuvo impecable, se escuchó perfectamente cada instrumento, y no se sintió saturación. El punk-rock es en teoría una música sencilla que puede ser tocada por cualquiera, pero un concierto como éste nos demuestra que no por ello todos pueden ser maestros en el estilo. Lo que se escuchó fue un grupo con sonido profesional, meticuloso en cuanto ecualización, con muchos años de práctica ejecutando sus instrumentos. Ciertamente, si los “adictos” son una banda venerada dentro su escena (podríamos catalogarlos de “punk-rock stars”) es porque se lo merecen.
Curiosidades
- Asistieron conocidos integrantes de bandas como Reciclaje, Nada, Apatía No, Estuproi! y hasta Desorden Público. También vimos por ahí a Omer, el conocido estilista y algunos punks de la primera generación (1980). No obstante, nadie les jaló mecate por ser unas superestrellas…aunque muchos se tomaron fotos con The Adicts.
- Caplís, el bajista de Desorden Público, fue el responsable de colocar la música, poniendo desde skinhead reaggae hasta post-punk. Muchos se acordaron de Aseo Urbano, la miniteca punk de los 80 que contaba con miembros del primer gran grupo de ska venezolano. El choque generacional fue evidente cuando vimos punks viejos bailando The Cure, mientras los más jovencitos decían con cara de fastidio “¿quejesa vaina?”.
- Los punks generalmente son anti-capitalistas, no obstante, aceptaron el incremento en el precio de las entradas. Al parecer, aceptan la leyes de la oferta y la demanda.
- Los punks podrán tener problemas con las cadenas de comida rápida, pero jamás contra la Industria cervecera. Al contrario, la apoyan mucho.
- Dos personas fueron expulsadas del local por empujarse y echar cerveza al aire antes de que The Adicts se montara en tarima. Cuando comenzó la presentación, nadie castigó a las trescientas personas que hicieron lo mismo.
- Uno de los momentos más emocionantes del show fue cuando un punk decidió montarse espontáneamente sobre el público, tal como es costumbre en este tipo de eventos. Una vez en el aire, el punk fue atrapado por uno de los guardias de Seguridad que estaba montado en la tarima, quien lo agarró por los pies, como si el gato Tom atrapase al ratón Jerry. No sabemos si era parte del show…pero la cara de terror del punk fue un poema.
- Aunque no se permitió entrar al concierto con morral o bolso, si se permitió entrar con cámara. El personal de Seguridad no reprimió en ningún momento la toma de fotos o las grabaciones en video. No obstante un punk, miembro de una conocida banda local, se encargó en la puerta de impedir una filmación de este servidor. Amigo, sabemos que no a todo el mundo le agrada que lo entrevisten…pero hay otra manera de decir las cosas.